{image}http://lh5.googleusercontent.com/-PgPZrcmeIe0/Ut_v_NeBGEI/AAAAAAAAFDM/d1WEU_9nxk4/s500/uis.jpg{/image}Las irregularidades en la contratación del servicio de seguridad privada en la UIS hacen temer la presencia de un cartel de la contratación, que esté desangrando las finanzas del Alma Mater en desmedro de la educación superior.

En marzo del 2012 se hizo una licitación para servicio de vigilancia de los bienes e instalaciones de la Universidad Industrial de Santander y sus respectivas sedes regionales. Ese contrato costó 1.739 millones de pesos. Un año después, ese mismo contrato por un año subió a 2.201 millón de pesos. “Para nosotros es muy delicado que la contratación de vigilancia haya excedido a la anterior en 462 millones de pesos.Teniendo en cuenta que hay unos elementos de investigación, específicamente cuando la Contraloría el año pasado hizo una auditoría donde detectó irregularidades en la contratación al interior de la UIS”, denunció Oscary Dávila, defensor de los derechos humanos de la Universidad.

Ante este descubrimiento, los estudiantes solicitaron a la Contralora General de la República, Sandra Morelli, que se investiguen esas posibles irregularidades en el contrato de seguridad privada. A su vez, se indague si el rector tiene responsabilidad por acción o por omisión. Además, que compulse copias a los entes de control para que investiguen porque podría haberse incurrido en posible detrimento fiscal.

“Es muy vergonzoso que el actual rector crea que la universidad es un territorio baldío, crea que es su feudo y que lo puede manejar. En estas contrataciones no hay presencia ni de los estudiantes ni de los profesores. Es un conclave lo que se hace para ese tipo de contrataciones”, manifiesta Ávila.

Estos hallazgos pueden significar que en la UIS se está manejando un cartel de la contratación. Ya hay investigaciones contra el anterior rector Jaime Alberto Camacho Pico. Y aún si no es así, la crítica apunta a que la universidad está haciendo una gran inversión en seguridad privada, con un férreo sistema de control, por ende, los recursos se desvían en lugar de invertirse en educación de calidad.

La mayor preocupación del estudiantado es que el contrato está por vencerse en dos meses, ya que su vigencia va desde el 1° de abril del 2013 hasta el 31 de marzo del 2014, y si la tendencia sigue así, la próxima licitación superaría el doble de la cifra anterior.