{image}http://lh6.googleusercontent.com/-MFHXRpPfhLQ/Unul6ezFyeI/AAAAAAAAEDQ/J6tIAQoyano/s720/mov_blanca_06nov2013.jpg{/image}Este miércoles, la movilización de las batas blancas en defensa de la salud se tomó el país. En Bogotá, la marcha salió desde el Parque Nacional. Trabajadores, estudiantes y profesionales de la salud están unidos en contra de la reforma a la salud que impulsa el gobierno de Santos.

Se registró una masiva asistencia de los estudiantes de las facultades de Medicina, acompañados por médicos, que hace años no se veían marchando en las calles. Estuvieron apoyados por las centrales obreras, organizaciones sociales y sindicales, como Anthoc Nacional y Anthoc Bogotá.

Todos los análisis hechos por expertos concluyen que el proyecto que cursa en el Congreso enriquecerá a las EPS, cambiándoles el nombre. Además, no solucionará ninguno de los problemas que actualmente existen en el sistema y para lo que presuntamente fue creado. Esperanza Lozano Directiva de la CUT Bogotá Cundinamarca, sostuvo que el “engendro” de reforma del gobierno va a traer más corrupción; pues, incluso, la corrupción puede extenderse a los hospitales con los cambios en el manejo de los recursos.

La excusa de quienes defienden el proyecto del Gobierno es que si la reforma no pasa o si se acaban las EPS el sistema volverá a lo que era antes de la Ley 100. Es decir, que la plata se la robarán en los hospitales y en las entidades territoriales. Por lo cual, se entiende que su preocupación es porque no serán ellos los que salgan ganando con la corrupción.

ANSA presentó un proyecto alternativo pero el gobierno lo desechó. Las organizaciones sociales aducen que el inicio de cualquier reforma debe empezar porque no haya EPS. Sencillamente porque son empresas que no se necesitan. Se ganan, cual parásitos, sumas astronómicas de dinero a costa del medicamento que le niegan a las personas o las cirugías que no hacen.

Entonces, sí hay cómo montar un sistema mejor que no sea corrupto y que sí responda a las necesidades de los pacientes. Sin embargo, los tentáculos en el negocio de la salud son demasiado grandes y los intereses de los senadores de la Unidad Nacional están atados a ellos.