{image}http://lh3.googleusercontent.com/-Oxt7KH22u-I/UnLJhL_Q9wI/AAAAAAAAD7c/MRn0ew9kosg/s500/salud02.jpg{/image}Este martes, en todas las capitales del país, los profesionales del sector y estudiantes de las diferentes facultades participaron en movilizaciones por la salud. En la ciudad de Bogotá, la asistencia fue una masiva, al punto de abarrotar la Plaza de Bolívar.

Al mismo tiempo, en los hospitales se realizaron plantones convocados por los sindicatos del sector y la CUT nacional. Las protestas rechazan la reforma que promueve el gobierno en el Congreso de la República, la cual es supremamente lesiva no solo a los intereses de los trabajadores del sector, los profesionales, las instituciones médicas públicas y privadas, sino que también tiene efectos negativos en contra de los usuarios y pacientes del país.

“Históricamente el sistema nacional de salud se manejó de una manera distinta a la que impuso la Ley 100. Si los recursos llegaran directamente a las instituciones prestadoras del servicio de salud, y no se quedaran en manos de los intermediarios y de los mercantilistas, tenemos la certeza de que la totalidad del pueblo podría tener atención de calidad y oportuna, sin las recriminaciones y las restricciones que hoy día existen”, indicó Alfonso Franco, quien es experto en el tema.

Además, él explica que el más del 7% del PIB que Colombia invierte en salud no sólo es suficiente para soportar el sistema, sino que alcanzaría para ampliar y mejoras las plantas físicas de las entidades hospitalarias. El problema es que los dineros se desvían en su mayoría a la corrupción. Prueba de ello son los tres billones de pesos que encontró la Contraloría en Saludcoop en destinaciones diferentes a la salud; o que durante la época del paramilitarismo, las arcas de la salud eran saqueadas por las AUC para financiar su máquina de muerte.