{image}http://www.eldia.co/images/stories/280610/006.jpg{/image}En medio de violentas protestas y mas de 600 detenidos, terminó  la cumbre del Grupo de los 20 (G20) en Toronto, donde se analizaron  los posibles  caminos a seguir de la economía mundial, para superar definitivamente la crisis estructural que vive el capitalismo desde mediados de junio del 2008.

Quizás, el acuerdo más importante suscrito  en la reunión  del G20, fue el  de ir reduciendo los déficits públicos gradualmente hasta el 2013, pero se permitió que cada país utilizara sus propias políticas, debido a la fragilidad  de la economía mundial en estos momentos.

También se acordó reducir la deuda pública, lo cual muestra una tendencia clara del G20 en fortalecer la política monetaria, quitándole importancia a la política fiscal para fomentar la recuperación económica local y mundial.

Un punto fallido en la cumbre, fue el intento de gravar  los bancos, con una tasa bancaria común,  por temor  a afectar los créditos. Países como Brasil, Canadá y Japón se mostraron en contra de esta medida, mientras estados Unidos, Alemania y Francia fueron partidarios del impuesto.

Por el lado de la política cambiaria, el gobierno norteamericano presionó a la Unión Europea y a China a revaluar sus respectivas monedas,   porque la fuerte depreciación del Euro y del Yuan, solo sirven para propagar las crisis de los bloques económicos.

Nos damos cuenta que la reunión del G20, estuvo encaminada nuevamente a salvaguardar  y proteger la estructura actual del sistema financiero, verdadero responsable de la crisis económica mundial y que los verdaderos puntos analizados, con los cuales se hubiese podido   sacar la  actividad productiva adelante fueron rechazados.

Las medidas de disminuir el déficit publico y los niveles de deuda, necesariamente llevan a la aplicación de políticas de austeridad, tales como recorte de salarios, mas impuestos,  recorte de las prestaciones sociales, aumento de la edad de jubilación, entre otras.

Por lo visto, la cumbre del G20, no sirvió para fomentar la esperanza de millones de personas que actualmente se encuentran en la línea de pobreza, porque los pocos acuerdos ambiguos logrados no van direccionados en la fomentación de empleos reales y mejoras del poder adquisitivo, por el contrario, lo único que esperan los empresarios, banqueros y gobiernos del G20 es volver a inflar la burbuja especulativa existente antes de junio del 2008.

La única forma de salir de esta  crisis, es aplicando medidas fiscales que logren generar  empleos con remuneraciones justas y controlar los mercados, sobre todo, el financiero.   De lo contrario, iremos a una autodestrucción de la economía de mercado, la cual generaría un impacto social bien profundo en todos los países del mundo.