{image}http://www.eldia.co/images/stories/180610/001.jpg{/image}Un optimismo desbordante gira alrededor del gobierno nacional en torno a la actividad productiva del país,   los cuales han aumentado la cifra de crecimiento económico para el 2010, pasando de un 2% y la han situado en un rango entre 3%- 4%.

Según el Ministro de hacienda, Oscar Iván Zuluaga, la economía empezó  en enero de 2010 a andar por un buen camino, y así lo demuestran las cifras reportadas por el DANE y el banco de la República en sus informes mensuales, esta situación hace suponer un mejor comportamiento en las relaciones de intercambio y de tributación.

Al mejorar el recaudo tributario, el gobierno estima que el déficit público consolidado y el  déficit estructural pueden presentar una disminución, si se logra un buen manejo de dichos recursos.

Las expectativas del gobierno, de un posible mejoramiento de la economía, no están infundadas en un fortalecimiento del mercado interno, y tampoco en  políticas gubernamentales que ayuden  a mejorar el poder adquisitivo de los colombianos, sino en un comportamiento bueno de variables externas.

Raúl Arroyave, Director del departamento de Relaciones Internacionales de la CUT, manifestó que el desarrollo del aparato productivo nacional, no debe estar centrado en el mercado externo, sino en la consolidación del  mercado interno con una política económica de empleo integral con remuneraciones económicas dignas. 

Estas políticas ayudarían al aumento de la demanda interna del país, lo cual presionaría la oferta productiva hacia el alza, y dicha situación, crearía nuevas fuentes de empleo, situación que  fortalecería el mercado interno y de paso mejoraría considerablemente el bienestar colectivo de todos los colombianos.

A nivel laboral, Gilberto Martínez, Director del Departamento de Organización de la CUT, señaló que el país necesita una reforma laboral urgente, porque la vigente  desconoce el derecho al trabajo  digno y decente, además de fomentar la flexibilización laboral, así como la tercerización en las formas de contratación.

Dicha reforma debe ser de fondo, y además, tiene que reconocer  los derechos instituidos a nivel universal por la OIT, porque en el momento hay acuerdos pactados en dicha organización, los cuales  no tienen vigencia en el país, o son desconocidos por la ley, como ocurre en la ley 789.

Al próximo gobierno, le toca aplicar estrategias que ayuden a combatir el desempleo, la informalidad y  sub-informalidad laboral,  y generar políticas de empleo y distribución de la riqueza, para garantizar un crecimiento económico sostenible y no depender de variables internacionales, tal como sucede en estos momentos.