{image}http://eldia.co/images/stories/160512/03.jpg{/image}Durante el viaje en ferry de Hong Kong a Shenzhén, en una de las regiones que ha hecho a China el taller del mundo,  una enorme valla lo saluda a ud.: “el tiempo es plata, la eficiencia es vida”.

China es la potencia manufacturera más grande del mundo. Su producción de televisores, celulares, tuberías de acero y otro montón de cosas sobrepasó a Estados Unidos en 2010. Ahora China representa la quinta parte de la manufactura global. Sus fábricas han producido tanto, tan barato, que han frenado la inflación en muchos de sus socios comerciales. Pero la era de una China barata puede estar acercándose al final.

Exportaciones por provincia

Los costos están empezando a volar en las provincias costeras en donde las fábricas se han concentrado (ver mapa). Aumentos en los precios de la tierra, las regulaciones medioambientales y de seguridad y los impuestos es lo que está determinando el fenómeno. Pero el mayor factor es la fuerza de trabajo.

El 5 de marzo el banco de inversión Standard Chartered publicó una encuesta sobre 200 empresas manufactureras de Hong Kong situadas en el delta del río Pearl. Encontró que los salarios han aumentado un 10% este año. Foxconn, un industrial contratista de Taiwán que fabrica iPads de Apple (y de muchos más) en Shenzhén, calculó el alza de los salarios en un 16 a 25%  el mes pasado.

“Ya no es barato como era antes”, se lamenta Dale Weathington de Kolcraft, una firma gringa que acostumbra contratar productores que fabriquen coches infantiles en el sur de China. Se queja de que los costos laborales hayan subido un 20% cada año durante los últimos cuatro años. Las provincias costeras de China están perdiendo su poder de absorber trabajadores del interior. Estos trabajadores migrantes vuelven a casa durante el descanso del Año Nuevo. En años anteriores el 95% del personal del señor Weathington retornaba. Este año solamente lo hizo el 85%.

La experiencia de Kolcraft es típica. Cuando la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Shangai le preguntó a sus miembros sobre sus principales desafíos, el 91% mencionó “los costos crecientes”. La corrupción y la piratería quedaron muy por debajo. Los costos laborales (incluyendo utilidades) para trabajadores de cuello blanco en Cantón (Guangdong) aumentaron un 12% anualmente, tomados en dólares, de 2009 a 2012. Roland Berger, un consultor, calcula un dato comparable para Filipinas en un 8% y en México un 1%. 

Una pesadilla del comprador: índice de costos de la subcontratación manufacturera en dólares

Joerg Wuttke, un industrial veterano que trabaja con la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, predice que los costos de la manufactura en China podrían elevarse el doble o hasta el triple para el año 2020. Alix Partners, un consultor financiero, plantea esta extrapolación desconcertante: si la moneda china y los costos de transporte subieran un 5% anual y los salarios un 30% cada año, se volvería más barato fabricar las cosas en Estados Unidos que en China y devolverlas allá por barco (ver cuadro). La convergencia de los precios probablemente sea menor. Pero la tendencia es clara.

Si la China barata se está marchitando ¿qué la reemplazará? ¿Se desplazarán las fábricas hacia los países más pobres con mano de obra más barata? Esta es la sabiduría convencional, pero es equivocada.

La ventaja de China

Brian Noll de PPC, que fabrica conectores para televisores, dice que está considerando seriamente trasladar sus operaciones a Vietnam. La mano de obra era más barata en Vietnam, pero carece de proveedores confiables de servicios como níquel enchapado, tratamiento al calor y sellado especial. En últimas, PPC decidió no abandonar China. En su lugar, está procediendo a automatizar más los procesos en sus fábricas cerca de Shangai, reemplazando algunos obreros con máquinas.

Los costos de la mano de obra son un 30% más bajos en otros países distintos de China, dice John Rice, subgerente de GE, pero queda más que compensado por otros problemas, especialmente, la falta de una cadena confiable de abastecimiento. GE abrió una nueva planta en Vietnam para fabricar un convertidor de energía cinética en energía mecánica, pero el Sr. Rice insiste en que el talento es el atractivo, no la mano de obra barata. Con un gran astillero del gobierno cerca, su planta pudo conseguir soldadores  de calidad mundial.

Suni Gidumal, un empresario que tiene su base en Hong Kong, fabrica cajas delgadas que Harrods, Marks & Spencer y otros comerciantes al por menor usan para almacenar galletas. Los salarios, que representan una tercera parte de sus costos, se han duplicado en los últimos cuatro años en sus fábricas de Cantón. Entonces mantiene una pequeña fábrica en China para abastecer Estados Unidos y el mercado doméstico en China. Sólo las cajas metálicas que van para Europa son fabricadas en Sri Lanka, porque los costos de envío son más bajos que desde China. …….

Pero la China del litoral está fortaleciendo sus ventajas, a pesar del aumento de sus costos. Primero, se acerca a un mercado doméstico floreciente. Esta es una ventaja enorme. Ningún otro país tiene tantos consumidores potenciales en busca de mercancías.

Segundo, en la economía china los salarios pueden estar subiendo rápidamente, pero también la productividad. La precisión de los datos puede estar en discusión, pero la tendencia, no. Los obreros chinos están siendo mejor pagados, porque están produciendo más.

Tercero, China es monumental. Su depósito laboral es enorme y flexible como para adaptar industrias estacionales que puedan fabricar luces de navidad o juguetes, de un momento a otro, dice Iva Nauman de AlixPartners. En respuesta a una demanda súbita, una fábrica china de iPhones  fue capaz de levantar en el dormitorio ocho mil obreros a media noche y ponerlos a trabajar, según el New York Times. No el día siguiente. No, a media noche. En ninguna parte esta hazaña sería posible.

Cuarto, la cadena de oferta china es sofisticada y dúctil. El profesor Zheng Yusheng de la Escuela Graduada de Negocios en Cheung Kong, sostiene que la forma correcta de medir la competitividad manufacturera no es comparando los costos laborales solamente, sino comparando la cadena completa de producción y distribución. Aún si los costos laborales de un determinado producto fueran en China una cuarta parte más alta, la inestabilidad o la inaccesibilidad de muchos componentes hacen antieconómica su fabricación en cualquier otra parte.

Dwigyt Nordstrom de Pacific Resources International, un consultor industrial, defiende que la cadena china de abastecimiento en productos electrónicos es tan buena que “no hay nada que pare una adicción ciega a ella” por lo menos en veinte años. La misma ventaja se aplica también a las industrias de baja tecnología. Paul Stokcer de la empresa Topline, una exportadora de zapatos con docenas de plantas a contrato en la costa china, dice que no hay una alternativa fácil distinta de China.

Está de moda predecir que las fábricas del interior de China suplantarán las de la costa. Las estadísticas oficiales que apoyan la inversión extranjera directa sostienen este punto de vista: algunas provincias del interior, como Chonquin, están atrayendo casi tanto dinero extranjero como Shangai. La razón de que muy pocos obreros del interior estén regresando a las fábricas de la costa este año es que hay muy buena oferta de empleos cerca de sus casas.

Pero las fábricas no están trasladándose tan fácilmente en búsqueda de mano de obra barata. Por una cosa, no hay mucho más barato. Huawei, una gran firma china de telecomunicaciones, informa que los sueldos para ingenieros con un grado de magíster no están ni siquiera un diez por ciento por debajo de los de Shenzhén. Kolcraft pensó trasladarse a la provincia de Hubei, pero encontró que los costos totales terminarían siendo solamente un 5 o 10% más bajos que en la costa.

Topline estudió la posibilidad de trasladarse al interior, pero encontró enormes extra costos allí. La infraestructura para las exportaciones todavía es de mala calidad o lenta (remesar por río gasta una semana más), la logística no está bien desarrollada y toda la cadena de abastecimiento permanece en la costa. Decidió quedarse donde estaba.

¿Trasladarse al interior?

Trasladarse al interior trae toda clase de costos inesperados. Por ejemplo, las leyes laborales más recientes en lugares opulentos como Shenzhén  hace más costoso allí cerrar las plantas. Puede ser más costoso transportar mercancías desde el interior de China a la costa que de Shangai a Nueva York. Los gerentes y otro personal calificado exigen aumentos exagerados para trasladarse de ciudades de la costa sofisticadas a sitios medio campesinos del interior. Chonquín tiene más de 30 millones de habitantes, pero no es Shangai. Una reciente campaña anticorrupción en ese sitio se volvió tan violenta que aterrorizó a las personas de negocios lo mismo que a los delincuentes.


Las empresas que están invirtiendo en el interior de China lo hacen sobre todo para atender a los consumidores que viven allí. Con tantas ciudades prósperas en el interior, de lo que se trata es de un mercado seductor. Pero cuando se trata de producir iPads y celulares inteligentes para la exportación, el taller del mundo lo siguen  siendo las provincias costeras.

En un tiempo, por supuesto, otros sitios construirán mejores vías y puertos y cadenas de abastecimiento. A la larga desafiarán la estructura de la China costera en manufactura básica. Si China va a avanzar, sus manufacturas deberán mover la cadena de la comercialización. En lugar de seguir produciendo productos diseñados en otras partes, tienen que diseñarlos ellos mismos. Siguiendo el ejemplo de un manual alemán, tienen que hacer productos con márgenes mayores y ofrecer los servicios que los complementen.

Unas pocas empresas chinas ya han empezado a hacerlo. Una visita al gigantesco complejo empresarial de Shenzhén resulta instructivo. La firma fue fundada por un alto militar al que le han ayudado sus amigos en el gobierno por años, pero ahora se parece más a una empresa de alta tecnología occidental que a uno de los monstruos estatales. Sus administradores son de alto vuelo. Sus dirigentes han venido aprendiendo durante años de asesores provenientes de IBM y de otras consultorías estadounidenses. Su empresa se volvió altamente profesional e impresionantemente innovadora.

En 2008 fue la empresa que más alto clasificó para patentes internacionales. A comienzos de este año, presentó los teléfonos celulares más delgados y rápidos del mundo. En una señal de que por fin el sector privado chino está comenzando a tomar seriamente los derechos de propiedad intelectual, Huawei se ha asegurado en duras batallas sobre las patentes, no solo con multinacionales sino también con ZTE, una rival del otro lado de la ciudad que también está buscando cambiarse de fabricante de equipos celulares de bajo costo a volverse creador de productos sexis para nuevos consumidores.

China todavía no cuenta con suficientes Huaweis. Pero atrae a gran cantidad de jóvenes brillantes que estarían en condiciones de construir uno. Todos los años otra ola de los llamados “tortugas de mar”—chinos que han estudiado en el extranjero—regresan a casa. Muchos se han mezclado con los mejores ingenieros del mundo en MIT y Stanford. Muchos han visto de cerca cómo funciona Silicon Valley. En verdad, veteranos de Silicon Valley son los que han fundado muchas de las firmas más innovadoras de China, como Baidu.

El ritmo de transformación en China ha sido tan asombroso que es difícil  mantenerlo. Los viejos estereotipos sobre sitios de trabajo atestados, de bajos salarios, están tan pasados de moda como los trajes estilo Mao. La próxima fase será interesante: China debe innovar o se estanca.

Traducción de José Fernando Ocampo