En lunes por la noche, fueron aprobados los 163 artículos de la ley estatutaria de Justicia Especial para la Paz por la plenaria de la Cámara de Representantes. El paso a seguir es la conciliación que tiene como fecha límite el jueves, cuando finaliza el Fast Track.

Rodrigo Lara, presidente de la Cámara de Representantes, aportó algunas explicaciones sobre el sistema y el funcionamiento de la Justicia Especial para la Paz. La JEP ha generado dudas, polémicas y diferencias por la falta de conocimiento para entenderla.

Lara inicia explicando que es “un mecanismo de justicia transicional. No es un ejercicio de justicia penal para la transición. Su fin es desmovilizar y desarmar a un grupo armado, mediante procesos de reconocimiento de verdad, de reproche, es decir, un proceso sancionatorio a quienes hayan cometido delitos de lesa humanidad. Es un mecanismo hecho para combatientes, porque la justicia transicional está hecha para los combatientes en el marco de un conflicto”.

Frente a qué le faltó a la JEP, responde, “es un mecanismo imperfecto, porque muchos quisieran ver sanciones más severas, y me incluyo, a quienes han cometido los delitos más graves de lesa humanidad. En el caso de las Farc, en estos 50 años de existencia, ellos cometieron graves delitos contra la población civil, muchos no van a ser sancionados con absoluta severidad. Va a ser una ley mucho menos drástica, con el propósito precisamente de terminar de desarmar y desmovilizarlos después de una victoria militar de las fuerzas militares colombianos”.

Así mismo, reitera que “es una justicia carácter excepcional, no es una justicia que busca reemplazar la jurisdicción ordinaria, por lo tanto, no caben allí todos los colombianos, ni cabe aquí todo el espectro de la sociedad. Simplemente está hecho para los combatientes en el marco de un conflicto. Para eso se crean las justicias transicionales”.

Ahora bien, a pesar de las distancias con el proceso de paz, el presidente de la Cámara recuerda que “es inevitable que un grupo de los que se desmovilizan terminen desertando. Es una guerrilla de naturaleza rural, que reclutaba campesinos, muchos de ellos han salido a buscar suerte, a instalarse en otras regiones, a buscar su parcela y otros, lamentablemente, atraídos por el negocio de la droga han entrado a hacer parte de las disidencias de las Farc. Son grupos de unos 1.400 aproximadamente, según estimativos”.