Mejores condiciones de saneamiento básico, educación, salud y empleo para la mano de obra local son algunas de las peticiones de las comunidades y asociaciones de pescadores del Golfo de Morrosquillo, quienes ven afectados sus ingresos a raíz de los reiterativos derrames de petróleo en esta zona del país.

Y es que las irregularidades continúan muy a pesar que la contraloría general de la republica había anunciado la constitución de un equipo interdisciplinario, para que realizara una labor de estricta vigilancia y control debido a los derrames de crudo constante que ha habido en la zona perteneciente a los municipios de Coveñas, Tolú, San Onofre y San Antero; en la actualidad por ejemplo, alrededor de dos mil familias que generan sustento de la pesca y el turismo se encuentran padeciendo las consecuencias de los dos más recientes incidentes ocurridos durante el fin de semana pasado.

“Nos tienen ciertos puntos restringidos para la pesca y además derrame tras derrame han causado que el lecho marino del Golfo esté altamente contaminado, los huevos de los peces mueren y los que no, nacen estéril, lo que impide la reproducción de los peces” precisó Alcide Gonzales Amador pescador artesanal y uno de los afectados con esta problemática.

A raíz de la situación los líderes comunitarios y pecadores de la región se encuentran asentados a las puertas de la multinacional OCENSA, en lo que ellos denominan la carpa de la resistencia, hasta que la administración de esta empresa se pronuncie o acepte el pliego de peticiones.