El servicio de atención al usuario en la UT Medicol en general es pésimo. Lo comprueban las múltiples denuncias de los maestros y las quejas que a diario viven. Lo que está sucediendo con las docentes embarazadas para sus controles prenatales es indignante.

La docente Zulma Robayo, quien labora en el colegio Los Tejares, localidad de Usme, tiene 8 meses de embarazo. Relató el suplicio que está padeciendo para conseguir una cita de control de embarazo con la actual entidad prestadora de salud en Bogotá para los maestros.

“Asisto a controles de embarazo a la Clínica Federmán. Es la clínica a la que nos remitieron, no hay más posibilidades. El procedimiento a seguir allá es pedir turno. Si yo llego a la 7:30 de la mañana, cojo el primer o segundo turno pero tengo que esperar a que me atiendan tipo 11 de la mañana. Así hay más docentes, de tal forma que a las 11 ya somos 15 o 20 mamitas”.

“A ese sitio también llegan mamitas de Sanitas o de Famisanar, a ellas sí les dan una cita. Nosotros llegamos a coger turno y esperar que nos atiendan. Solamente hay una ginecóloga que atiende tanto a mamitas con citas, a nosotras de Medicol y a otras remitidas de otras clínicas que llegan en ambulancia”.

El servicio es bueno, porque los profesionales responden a las necesidades. De hecho, llegan mujeres de otras zonas del país y allí pueden encontrar especialistas para sus casos.

Sin embargo, como dice la profesora Robayo, “es extenuante la espera, es muy demorada la atención. A mí me terminan de atender tipo 1 o 2 de la tarde. Son seis horas esperando, con otras mamás, porque la que llegó a las 8 de la mañana la atienden a las 4 de la tarde, si está de buenas, o si no saldrá a las 7 de la noche”.

“Teniendo en cuenta nuestro estado, no es un buen servicio y esto pasa todos los días. Si hay un caso fortuito, una emergencia en sala de cirugía, la profesional tendrá que dejarnos esperando a ver si nos atienden”.

La Clínica Federmán dice que como hace poco la cerraron, tras hallazgos en una auditoría de la Secretaría de Salud Distrital, entonces no hay urgencias, pero sí pone fechas de parto y sí llegan remitidos de urgencias de otras clínicas.

El sentir del magisterio bogotano es el cambio urgente de prestador con otras condiciones. Sin embargo, estos se siguen amañando para extender los actuales contratos. Ya llevan dos años. La fecha más reciente era el 1 de noviembre. Pero volvió a cambiar para mitad de ese mes, con enormes posibilidades de que continúe bajo otra artimaña. El jueves los maestros tienen una jornada nacional de protesta para denunciar precisamente esta situación.