Campesinos, estudiantes, profesores universitarios, comunales, recicladores, el Sur de Bogotá se prepara para un Paro Cívico la próxima semana, con una articulación no pensada, sino más bien sentida. La respuesta del alcalde Peñalosa, como siempre, ha sido la militarización.

Es un movimiento que nace del descontento por el abandono de la actual administración a los sectores populares; cuyo eco se está expandiendo. “Se ha venido haciendo un tejido desde los conflictos y, por lo tanto, desde las alternativas. Ha generado más expectativa, donde casi nadie se siente solo y nadie se reivindicar ser vocero de, o nadie se va a poner en la actitud lastimera que el único problema es el propio”, explicó Oscar Barón, del Proceso popular Asamblea Sur.

Desde el martes pasado el alcalde Peñalosa envió ejército y policía para tomarse el relleno sanitario Doña Juana. Amedrentaron a los trabajadores y pusieron cámaras de vigilancia para monitorear su actividad. Por las tardes y las noches están patrullando los barrios y veredas. Incluso, han desplegado policía de civil que se infiltra en las reuniones sociales.

“Peñalosa no ha entendido que este paro cívico no es territorial. El paro cívico no es solo Doña Juana, aunque es el problema más urgente a atacar, sino que involucra todos los conflictos que los diferentes gobernantes nos han impuesto en la cuenca urbano-rural del río Tunjuelo”, dice el líder social.

La alcaldía está reduciendo el tema al basurero, una vereda y a “unos infiltrados”; una postura que toma cada vez que hay una protesta en su contra. De hecho, el alcalde, en un evidente acuerdo con el Gobierno, traerá refuerzos del Esmad de otras ciudades con la intención de meter unos 600 efectivos al basurero para preparar la intervención militar.

Al tiempo, funcionarios dela alcaldía que antes no aparecían por la zona, ahora hacen presencia inaugurando obras pequeñas o con presencia institucionales sin justificación.

“Eso nos da la razón que lo que estamos haciendo es justo; lo que estamos proponiendo es honrado y que el conjunto del debate realmente va a beneficiar a los bogotanos. De paso, aprovechamos para decirle al alcalde mayor venga y conversamos y ahí reforzamos los acuerdos”, dice Barón.
Enseguida refuerza que “nos merecemos respeto”. El paro cobijará el sur de la ciudad, más toda la cuenca del Sumapaz y Tunjuelo.

“Tiene entre otras pretensiones que lo que se discuta, lo que se converse, es en asamblea pública. Debe estar presente el alcalde mayor, el gobernador de Cundinamarca, el director de la CAR, el comandante de Policía, la Fiscalía, las entidades de control y los empresarios privados que se han lucrado con todas las afectaciones que le han hecho a la cuenca del Tunjuelo”, añade el líder.

Para la comunidad, lo urgente es parar la expansión del basurero, pero también exigen a la administración asumir su capacidad institucional para solucionar las problemáticas alrededor.

La concentración por la dignidad y el respeto, que será más una comparsa, iniciará el 27 de septiembre desde las 8 am en el Portal El Tunal. La convocación especial es a los artistas de cualquier expresión para que sea una fiesta; si bien es un debate político, tenga un sentido más festivo que arrogante.