El pasado 15 de mayo de 2017 se cumplieron los primeros cinco años del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos. La fecha pasó algo desapercibida, pues la verdad es que no había muchos motivos para celebrar.
Dicho acuerdo había generado altas expectativas de beneficio para la diversificación exportadora a favor del agro y la industria de Colombia. Sin embargo, los resul-
tados han dejado mucho que desear, pues no se han cumplido los objetivos ni en materia de diversificación ni en llevar las llamadas exportaciones “no tradicionales” al umbral de los US$30.000 millones/año. De hecho, las cifras recientes indican que estas han venido declinando de su pico de US$15.000 millones en 2008 hacia un penoso US$10.000 millones en 2017 (últimos doce meses al corte de marzo).