Bogotá, 3 abr (PL) El comandante de las FARC-EP Iván Márquez confirmó hoy que los integrantes de esa guerrilla están dispuestos a ayudar en las labores de reconstrucción del municipio de Mocoa, que vive una tragedia humanitaria tras las avalanchas del sábado.

Queremos colaborar con los trabajos de rescate de ese territorio, así que vamos a solicitar autorización para ello ante el Gobierno y el mecanismo de verificación tripartito, encargado de supervisar el cumplimiento del cese el fuego bilateral y el desarme de ese grupo rebelde, declaró a Prensa Latina el exjefe de los negociadores insurgentes en los diálogos de paz.

Deseamos ayudar a la gente duramente golpeada por la naturaleza, insistió.

Al menos unas 258 personas fallecieron en Mocoa, capital del sureño departamento de Putumayo, debido a los aludes de lodo y piedra que sorprendieron a los pueblerinos en plena madrugada; en tanto unas 300 siguen desaparecidas.

Además de este ofrecimiento, los guerrilleros de la zona transitoria ubicada en La Carmelita, enviaron ayer a Mocoa un camión con víveres para socorrer a los damnificados, agregó Márquez quien explicó que los productos donados forman parte de los alimentos entregados por el ejecutivo a esos antiguos combatientes para que puedan sobrevivir en los sitios donde están concentrados, los cuales equivalen a las raciones de dos días.

El pasado 24 de noviembre el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, firmaron el pacto definitivo para terminar el largo conflicto entre ambas partes.

Los hombres y mujeres de esa organización permanecen en 19 zonas y siete puntos transitorios (dentro de 14 departamentos), donde deberán abandonar el armamento en su poder y prepararse con vistas a su reinserción en la sociedad.

Por último pedimos que Mocoa sea incluido dentro de la lista de áreas priorizadas para beneficiarse con los planes de desarrollo económico con enfoque territorial, concebidos con el objetivo de impulsar proyectos capaces de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de regiones muy pobres, de las más olvidadas, subrayó Márquez.

Se trata de la peor tragedia vivida en el Putumayo, fronterizo con Ecuador.

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