{image}http://eldia.co/images/stories/240212/03.jpg{/image}Adriana Rosenzvaig es la Secretaria General de la UNI-Sindicato Global para América Latina, y en representación de esta confederación internacional estuvo en Colombia para observar y verificar el proceso  electoral en el sindicato de Carrefour. Esta agencia de Información habló con ella sobre estas elecciones y el significado de la experiencia sindical en Carrefour Colombia:

¿Desde la UNI, cómo se ve el proceso sindical que se vive en Carrefour?

Lo consideramos como prioridad sustancial, no solamente a nivel de la región latinoamericana sino también global. Tiene importancia en dos aspectos. El año pasado en Nagasaki UNI adoptó una política que se llama rompiendo barreras, y para nosotros organizar un sindicato en Carrefour Colombia es romper barreras, reponer los cimientos para otras formas de relación laboral. Un segundo aspecto es desde el punto de vista del sector comercio, que es un sector de enorme expansión, el mayor de UNI ahora, con millón y medio de afiliados. Y en Colombia, que tiene un gran potencial como país de inversiones, el proceso de diálogo social y el reconocimiento del sindicato en Carrefour, es algo que lo impregna todo. Tenemos la expectativa de que implique que los trabajadores del comercio en Colombia tengan un verdadero cambio en sus vidas, salarios dignos, buen trato, porque es un sector castigado, con muchos jóvenes, salarios muy malos y precarias condiciones de trabajo.

¿Qué le ha llamado la atención del proceso sindical en Carrefour Colombia?

La calidad de los miembros del sindicato, y su juventud. Esto es un semillero de cuadros sindicales impresionante. Parece que hubiera tenido diez años de formación, y sólo tienen tres meses. Pero actúan con mucha claridad y entusiasmo, en este caso para lograr que los trabajadores se movilicen a votar. 

Sabemos que ha habido resistencia al proceso sindical por parte de algunos directores y mandos medios de la empresa. ¿Eso estaba dentro de lo previsible?

Yo he estado en otros procesos de diálogo social interesantes, y he visto que los mandos medios siempre se resisten, así el presidente de la compañía plantee que hay que cambiar la cultura de su empresa, permitir sindicatos y negociar las condiciones de trabajo. El caso es que los mandos medios estaban acostumbrados a manejar el personal a su antojo; y sin ningún control además. Por eso son tan importantes los sindicatos, incluso para la empresa, porque ejercen control de sus mismos directivos medios, que no están acostumbrados a que los supervisen, nadie sabe qué están haciendo: maltratos, abusos, qué se yo; y cuando llega el gerente de recursos humanos o el gerente de producción, le dicen que todo está bien.  

¿Es decir, la existencia del sindicato puede, o debe, mejorar la empresa?

Claro que mejora la empresa. Yo le contaba a un directivo de Ripley, una empresa chilena, durante 3 años tuvo un conflicto abierto en Perú, porque la gerencia atacó al sindicato por todos los costados. Finalmente tuvieron que aceptar la existencia del sindicato, pero todo ese problema lo hubieran evitado con un diálogo abierto y claro desde el principio. Se descubrió que toda era culpa del gerente, que era un inútil, y lo único que sabía era tratar los trabajadores como si estuvieran sometidos a él.

¿Ha sido entonces inteligente el proceso en Carrefour Colombia?

Carrefour asumió este desafío aquí y en otros lugares, como Rumanía y Turquía, donde también recientemente pudimos formar sindicatos, y no por eso allí la empresa se resintió por eso. Todo lo contrario: el sindicato les ayudó a desarrollar y mejorar su fuerza de trabajo. Nosotros creemos que los acuerdos globales, la UNI firmo casi 50, dan la posibilidad de establecer relaciones modernas, basadas en el respeto, con lo que se consigue que las y los trabajadoras sean más productivos y tengan mejores relaciones con la empresa. El respeto es un elemento básico.

Finalmente, en lo que ha visto, ¿cómo le parece Colombia en materia de derechos laborales?

En pocos lugares del mundo encontramos condiciones laborales tan brutales hacia los trabajadores. Si yo fuera capitalista, el primer lugar del mundo donde vendría a invertir sería a Colombia.

Eso es muy desalentador.

Cierto, por eso es muy alentador encontrar brechas que nos permitan ayudarle a los compañeros y compañeras trabajadoras a formar sindicatos, sin que tengan temor de ser despedidos, o hasta aniquilados, como ha sucedido en muchos casos.