La comunidad del Valle del Cauca está indignada por el cierre de seis salas en el Hospital Universitario del Valle. Esto representaría una enorme masacre laboral, auspiciada por la gobernadora que piensa primero en lo económico que en la salud del pueblo.


Las consecuencias serán graves, el hospital departamental también atiende a Nariño, Cauca y Putumayo. Hoy, la politiquería y la corrupción lo han afectado económicamente a tal punto que lo han llevado a casi la quiebra. La gobernadora Dillian Francisca Toro, sin tomar precauciones ni medidas, lo cerró parcialmente y liquidó a más de 600 trabajadores de un ‘plumazo’.

De acuerdo con Segundo Adolfo Villota, dirigente de Sintrahospiclinicas, con un estudio basado en supuestos, desde la gobernación afirmaba que se necesitaban unas altas dimensiones económicas para sostenerlo. De ahí, la errada decisión de la gobernadora, quien no tuvo en cuenta la afectación a la población.

Peor aún, el despido de trabajadores no solo se relaciona con las seis salas cerradas, sino que impacta en el funcionamiento de muchas más áreas del HUV. Implica el cierre de las salas de ginecología, maternidad, cuidados intensivos pediátricos para neonatos y mayores de un año, la unidad de cuidados intensivos de neurocirugía, 40 camas de cuidados intensivos en adultos y oncología pediátrica, además, se disminuyó en 10% la funcionabilidad de la sala de cuidados pediátricos.

Por supuesto, la comunidad ya comenzó a sentir lo perjudicial de la medida. Hay un represamiento de 1.000 usuarios pendientes por cirugía y unos 700 que estaban en lista de espera para cirugía. De más de 2.000 cirugías diarias que se registraban, escasamente se están realizando las urgencias.

“Hacia afuera, la gobernación maneja un discurso de responsabilidad total y la comunidad se la está creyendo, porque es la que se maneja por los medios. Pero si en Cali o en el Valle llega a ocurrir algún evento catastrófico, no tenemos cómo atenderlo. Estamos haciendo marchas, mítines, dramas en la calle, todos pacíficos, siempre con la amenaza de la gobernadora, que nos va a mandar el Esmad”, precisó Villota.

Ya ha habido pronunciamientos para salvar el HUV de parte de parlamentarios, la asamblea departamental y el concejo municipal de Cali. Estos han pedido a la gobernadora que los reciba y que se adelante un nuevo estudio para determinar el impacto. Las movilizaciones de trabajadores y la comunidad se mantendrán en la defensa de este importante centro médico de la costa Pacífica.