{image}http://eldia.co/images/stories/260112/03.jpg{/image}“Los países en desarrollo deberían esperar que ocurra lo mejor y prepararse para lo peor”  - Andrew Burns, director de Macroeconomía del Banco Mundial

Es un hecho que en el 2011 las exportaciones colombianas se dispararon, batiendo todos los records. En efecto entre enero y noviembre el valor de las exportaciones creció un significativo 42.3% al pasar de US $35.974 millones durante el mismo período en 2010 a US $51.179 millones. Según las proyecciones del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MCIT) al final del año se llegaría a los US $54.000 millones, el doble de las ventas al exterior en 2006, se estarían quintuplicando las exportaciones del 2002. De lograrse esta meta se estaría superando la que se impuso el Gobierno en el Plan de Desarrollo Prosperidad para todos, pero para el 2014 (¡!).

Cabe destacar el crecimiento de las exportaciones a la región, especialmente hacia los países que conforman la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). En efecto, las exportaciones que tuvieron este destino se incrementaron  el 32.1% y participaron con 14 puntos de los 42.3% del repunte de las exportaciones en 2011 con respecto al 2010. Entre tanto el comercio con los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) creció en este mismo lapso el 40%, después que venía de capa caída. Cómo será de inverosimil, después de tantos desencuentros con sus socios, que el escepticismo del Presidente ANIF Javier Diaz lo lleva a exclamar que “hasta creció el comercio con Venezuela” , un 20.6%.

La euforia del titular del MCIT Sergio Diazgranados por este resultado lo llevó a afirmar que “vamos a cerrar este año en US $56.000 millones en el caso de bienes y en más de US $5.000 millones por servicios. Opino que vamos a tener un record de US $61.000 millones” . Fue más lejos, al afirmar que “nuestra meta es ser la tercera economía latinoamericana en 2014 e ingresar en la OCDE después de México y Brasil” .

EL ANCLA DE LAS EXPORTACIONES TRADICIONALES

No obstante, al desagregar las exportaciones nos encontramos con que mientras el crecimiento de las exportaciones tradicionales fue del 56%, el crecimiento de las no tradicionales fue mucho más moderado, el 18.2%. Es más, las exportaciones de crudo, las cuales crecieron el 60.8% en dicho período, representaron el 49%, aproximadamente, del total de las mismas y en su conjunto las exportaciones tradicionales representaron el 70%. Es decir, que el grueso de las exportaciones son productos básicos, materias primas en bruto, carentes de valor agregado. Y no es para menos, dado el creciente fenómeno de la reprimarización de la economía, que se ha convertido en el denominador común de los países de Latinoamérica, que ha conllevado una pérdida de participación de la industria y la agricultura en el PIB. A guisa de ejemplo, en México la industria manufacturera perdió 3 puntos entre el 2000 y el 2010, la industria brasilera pasó de representar el 18.1% en 2005 al 15.8% en 2010 y el caso de Colombia es patético, desde el año 1970 el sector industrial ha venido perdiendo participación en el PIB pasando del 24% en dicho año hasta el 14% en 2010. Ello explica el hecho que, no sólo en Colombia sino en toda la región, los productos básicos han ganado cada vez mayor participación en sus exportaciones pasando del 49.8% en 2005 al 54.7% en 2010.

Esta circunstancia hace muy vulnerable la economía del país, dada su enorme dependencia con respecto a las exportaciones de materia primas. Con razón dice Ricardo Avila, Director de Portafolio, que “hay que preocuparse sobre todo por lo que suceda con petróleo, carbón, café, oro y ferroníquel, que ocupan las primeras cinco posiciones en las estadísticas de nuestras ventas al exterior…su importancia es considerable, pues equivale a casi 8 de cada 10 dólares exportados” . Por ello el Presidente de ANALDEX Javier Díaz, aunque considera que “la meta trazada por el Gobierno es ambiciosa y puede ser cumplida” , advierte que ello será posible “siempre y cuando la dinámica de los países asiáticos se mantenga alta y la economía persista en su recuperación. También, que no se produzca un agravamiento europeo” . Son demasiadas las condiciones que deben darse para sostener la caña, por estar tan expuestos a las oscilaciones tanto de los precios como de la demanda de los productos básicos. De allí la acotación de Michael Reid, editor para las Américas de la revista inglesa The Economist, en el sentido que “el gran interrogante es si este gran ciclo de las materias primas, como lo llaman algunos, está llegando a su fin” , lo cual es muy preocupante.

PERSPECTIVA INCIERTA

Ahora bien, el año anterior, a pesar de la turbulencia en la Eurozona y la débil recuperación de la economía estadounidense las exportaciones colombianas no se vieron mayormente afectadas, gracias al desacoplamiento de las economías emergentes, las cuales mantuvieron un alto ritmo de crecimiento. Pero, China, que se ha convertido en la principal locomotora de la economía global, aunque ha venido creciendo a buen rítmo, este ha empezado a mostrar signos de ralentización. Es así cómo después de crecer 9.8% en el IV trimestre de 2010, en el curso del 2011 la tendencia fue de un menor crecimiento, pasando sucesivamente del 9.7% al 9.5%, luego al 9.1% y al cierre del último trimestre fue del 8.9%.  Esta última se trata del más bajo crecimiento trimestral en dos años y medio desde el IV trimestre de 2009, cuando cayó hasta el 7.9%. Este hecho sumado a la recesión que se ve venir en Europa y a la desaceleración reciente del crecimiento de la economía estadounidense, aunque empieza a recuperarse, ya han empezado a impactar las exportaciones colombianas tanto en volúmen como en valor.

Otro aspecto que ha empezado a golpearlas fuertemente es el que hace relación a la fuerte tendencia revaluacionista con la que ha empezado el nuevo año , despues de los últimos 4 meses del 2011 durante los cuales mantuvo la TRM por encima de los $1.900, la cual pone en aprieto especialmente las exportaciones no tradicionales. No es una mera coincidencia que Colombia al tiempo que es el segundo país en la región después de Brasil con mayor tasa de interés a corto plazo, es también quien sigue al país carioca con las más altas tasas de revaluación de sus monedas. Mientras dicha tasa en EEUU se sitúa alrededor de 2.9%, los rendimientos de los TES de corto plazo de vencimiento 10 de diciembre de este año oscilan entre 6.5% y 7%, lo cual se convierte en un gran atractivo para endeudarse en el exterior y estimula la llegada de más dólares, lo cual impulsa la mayor apreciación del peso, tanto o más que la reticencia del B de la R a intervenir más energicamente el mercado cambiario para frenar la afluencia gran al país de los capitales especulativos. En tales condiciones, el panorama de las exportaciones en el 2012 se torna incierto y dependerá mucho de la evolución de la crisis tanto en EEUU como en la Unión Europea.

EL BOOM IMPORTADOR


Finalmente, es bueno además de mirar este auge exportador en su contexto, es importante también observar cuanto está ocurriendo con la otra variable de la eciuación. En efecto, el boom exportador tiene su contrapartida en el boom importador, las importaciones de todo género siguen desbordadas, así como también en la repatriación de capitales. Las compras de bienes en el exterior rondarían los US $52.000 millones en 2011. De tal modo que la balanza comercial colombiana habría terminado el 2011 con un superávit ligeramente superior a los US $2.000 millones. Además, como lo señala el profesor Eduardo Sarmiento, “en el presente año el déficit en cuenta corriente ascenderá a US $12.000 millones (5% del PIB), que constituye el desbalance más grande del mundo, superior al de Estados Unidos…La experiencia en América Latina y ahora de los países desarrollados muestra que las revaluaciones y el déficit creciente en cuenta corriente no son sostenibles. Cuando se enfrentan a situaciones anormales o imprevistas se ven abocados a elevados endeudamientos y fuertes contracciones de demanda, que no pueden ser enfrentadas con las políticas convencionales” .

Javier Diaz, Presidente de ANALDEX, advierte que los acuerdos de libre comercio “no van a ser los impulsores de las ventas al exterior durante este año” . Pero hay que dejar en claro que dichos tratados impulsan las ventas y también las compras; es más, según el estudio realizado por el B de la R en 2007, a propósito del TLC con EEUU, las importaciones crecerán en mayor proporción (12%) que las exportaciones (6.4%), afectando negativamente la balanza comercial de Colombia. El resultado de este estudio lo corrobora otro de la Comisión de Comercio Internacional, responsable de la política de comercio exterior estadounidense (USTR), según el cual “gracias al TLC las exportaciones estadounidenses a Colombia podrían aumentar en un 10%, cerca de US $1.100 millones y las importaciones en unos US $487 millones” .

Así las cosas, hay que recibir los resultados con beneficio de inventario y tener en claro que la dinámica de las exportaciones está determinada por variables exógenas, que están fuera del control de las autoridades colombianas. Los reveses de las economías de ultramar repercuten seriamente sobre las exportaciones colombianas y muy poco puede hacerse desde esta orilla para conjurarlos o contrarrestarlos. En su Informe Perspectivas Económicas Mundiales 2012, el Banco Mundial advierte que, “contrario a lo que se pensaba, los países emergentes están actualmente en una posición más vulnerable que en la crisis de 2008..Ahora tienen que buscar cómo crecer sin los desarrollados y en un escenario con una economía global más débil, con menos disponibilidad de capital, oportunidades comerciales reducidas y menos posibilidad de financiamiento para las actividades públicas y privadas”. Según el organismo la menor demanda en los países desarrollados e incluso en China afectarán las exportaciones.

Lo que sí puede y debe hacer el país para amortiguar el impacto de los coletazos de las crisis externas es apretar el paso al cumplimiento de la Agenda Interna de la Productividad y la Competitividad (AIPC), única forma de encarar con éxito los retos de la globalización, valiéndonos de nuestros propios medios, sobre todo con la inminente entrada en vigencia del TLC con EEUU. Bién lo dijo el Nobel de Economía Paul Krugman, en materia de competitividad la productividad no lo es todo pero a largo plazo lo es casi todo. Esta es la apuesta que tiene Colombia y de cómo la sortee depende su futuro mediato e inmediato, además de la ampliación y diversificación de su oferta exportadora así como de los mercados externos, sin descuidar el mercado regional, amén de la ampliación y profundización del mercado interno.

EL FLUJO Y REFLUJO DEL CAPITAL

Concomitantemente con el boom exportador e importador también se dio en 2011 un repunte de la Inversión Extranjera Directa (IED) con respecto a 2010. En 2011 alcanzó el récord de US $15.032 millones, según datos de la Balanza cambiaria que maneja el Banco Emisor, un 58% más que en 2010 y más del doble del promedio en lo que va corrido del siglo, US $6.000 millones. En ello ha influido notoriamente el boom de los productos mineros y petroleros en los mercados internacionales, el cual explica que 81.4% de esta inversión se orientara hacia este sector. Colombia se constituyó en el tercer destino de la IED en Latinoamérica después de Brasil y México. Esta cifra es tanto más descollante, si se tiene en cuenta que el flujo mundial de inversión directa pasó de US $309.000 millones en 2010 a los US $170.000 millones en 2011, sólo que los países emergentes se vieron favorecidos por el mismo debido a la aguda crisis en la Eurozona. No obstante, como lo sostiene el Director de Portafolio Ricardo Avila “Lo que sale por concepto de dividendos a cuenta de las empresas extranjeras que operan en el país, es superior a lo que entra” .

Como lo señala el experto Mauricio Cabrera, en ese mismo lapso se giraron al exterior por concepto de dividendos US $10.200 millones y se espera que en el año completo US $13.500 millones. Es más, “si se mantiene la misma tendencia en el 2012, podría haber giros al exterior por dividendos cercanos a US $16.000 millones, y como es muy poco probable que la IED alcance esos montos, se tendría un efecto negativo sobre la balanza de pagos con más dólares saliendo que entrando por estos conceptos” . como quien dice lo comido sale por lo servido. Lo mismo aconteció entre 2001 – 2010 cuando entraron y salieron los mismos US $60.000 millones!

Asi las cosas, aún es muy temprano para cantar victoria, hay que cuidarse mucho de la autocomplacencia, sobre todo cuando el curso futuro de la economía depende de tantas variable exógenas, que por ello mismo están fuera del control de las autoridades. Por ello, nos parece muy sensato el consejo de Andrew Burns, director de Macroeconomía del Banco Mundial:  “los países en desarrollo deberían esperar que ocurra lo mejor y prepararse para lo peor”. Así de claro!


Riohacha, enero 24 de 2012
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