A medida que las sociedades se han hecho más complejas en cuanto a su organización, la variedad de actividades humanas se han multiplicado y la explotación, división y especialización del trabajo ha aumentado notablemente. Un ejemplo de ello es que también fueron apareciendo divisiones jerárquicas entre trabajadores que realizaban la misma labor, como en los gremios de artesanos medievales, en los que comenzaron las diferenciaciones entre maestros, oficiales y aprendices.


[PDF] Descargar OPINIÓN BANCARIA Nº74 JUNIO-JULIO 2016