{image}http://www.eldia.co/images/stories/270410/006.jpg{/image}La Junta Directiva del Banco de la República anunció con bombos y platillos  el buen momento que atraviesa la política monetaria del país, debido al comportamiento de la inflación causada en lo corrido del año, así como el manejo de las tasas de interés, las cuales están en sus mínimos históricos.

Respecto al crecimiento económico para el 2010, la Junta  lo sitúa en un rango de 1.5% y 2%,  rango mucho menor que el planteado en Febrero de este año, el cual era de 2.5% - 4% y que no deja de generar preocupación en los empresarios y comerciantes.

Un tema neurálgico sigue siendo el desempleo,  donde se estima que volvió a crecer en marzo del 2010, situación preocupante si tenemos  en cuenta que la actividad productiva  ha tenido un aumento considerable.

El hecho de tener una tasa de interés baja promueve la inversión extranjera,  política que ha sido promovida desde la primera presidencia de Álvaro Uribe, pero esta no ha servido para generar un aumento del bienestar social de los colombianos, sino simplemente ha llenado las cuentas bancarias de los inversionistas extranjeros.

Se prevee que los combustibles permanecerán constantes hasta el mes de junio, situación  favorable para que la Junta del Banco de la República deje intactas las tasas de interés en su próxima reunión, la cual se realizara el próximo 30 de abril.

Desafortunadamente el Banco no se ha hecho responsable del descalabro económico que sufrió el país en los últimos 2 años, y se ha limitado ha culpar a la crisis internacional, del mal comportamiento económico  de la actividad productiva  en el 2009.

El mal comportamiento  de la  economía nacional en el 2008 y 2009, tuvo como responsable directo al Banco de la República, el cual en su afán de detener las presiones inflacionarias, aumentó  vertiginosamente las tasas de interés, situación que produjo un exceso de ahorro, lo cual dejo sin posibilidad de inversión a los sectores productivos, generando una desaceleración  económica profunda.

Invitamos al Congreso Nacional a reestructurar las funciones del Banco de la República,  y asignarles otras funciones como la generación de empleo y el desarrollo de la industria nacional.