{image}http://eldia.co/images/stories/220410/obama.jpg{/image}Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos, ha llamado a los  banqueros y ejecutivos de Wall Street, ha cerrar filas en torno al proyecto de ley que se esta debatiendo en el Congreso, el cual busca regular y  supervisar  el sistema financiero de dicho país, para evitar futuras crisis económicas.

Desde que Obama planteó la necesidad de regular los mercados bursátiles, las instituciones financieras y bancarias  de dicho país, han logrado movilizar a miles  de norteamericanos para que  se opongan a dichas políticas y presionen para evitar la aprobación del proyecto de Obama.


La  actual crisis financiera,  empezó  en junio de 2008 y tuvo sus orígenes  en la aprobación de leyes que permitieron la desregulación de los mercados financieros durante  la administración de Bill Clinton.

Nadie sabe con certidumbre, el grado de regulación estatal que plantea Obama para los mercados financieros, pero es un avance el hecho de que se apruebe algún tipo de supervisión,  dado que ayudaría a evitar la creación de burbujas especulativas, no solo en dicho país, sino en las principales plazas bursátiles del mundo, evitando crisis generalizadas.

En la teoría económica, hay un acuerdo entre las diferentes escuelas,  respecto a la regulación de los mercados, dado que  estos poseen fuerzas poderosas, las cuales al dejarse sin control pueden  a la autodestrucción, dejando un problema social y económico fuerte  en la sociedad.

El gobierno colombiano debería aprender las lecciones de Obama, y plantear la necesidad de regular el mercado financiero y proteger la actividad productiva del país, dado que en 20 años de  economía de mercado, lo único que se ha generado en el país, es desempleo y pobreza.

No podemos negar que la libertad dada a los mercados, ha logrado generar un crecimiento enorme de la riqueza, pero en contraste, también se ha incrementado las desigualdades sociales y la pobreza a nivel mundial, por tanto, no deberíamos temer a  que los gobiernos controlen los mercados.

Es preferible evitar las crisis,  que pagar las consecuencias económicas y sociales que estas generan, las cuales son excesivamente altas.