{image}http://lh5.googleusercontent.com/-wFt3y1FHuLc/UbtAXOIdpXI/AAAAAAAAAqk/qPcfYLUQtyI/s800/billetes.jpg{/image}Por primera vez en muchos años, los tres actores que participarán en la comisión nacional de concertación para establecer el salario mínimo van a la mesa con posiciones sustancialmente distintas. El gobierno de Santos tiene molestos a trabajadores y empresarios por igual.

“Tenemos que ser muy claros, la comisión nacional de concertación este año está demasiado aguda porque hay mucha pugnacidad. Los empresarios están en contra del gobierno por el tema de la reforma tributaria, e inclusive por lo de las horas extras. Están pidiendo a gritos que eso no puede suceder. Si están llorando por eso, van a llorar cualquier aumento salarial que sea realmente significativo”, especificó Fabio Arias, directivo de la CUT. De esta manera el gobierno llega sin su “aliado natural” al debate.

Los trabajadores, por su parte, tienen serias observaciones porque el gobierno no ha cumplido con al menos dos de los acuerdos más significativos con ellos. Por un lado, el proyecto de ley de recargos nocturnos, dominicales y festivos, es decir, la recuperación de las horas extras. Y, por el otro, la exoneración a los pensionados de la cuota del 8% en salud.

Frente a este panorama, Arias apunta: “será que tiene alguna credibilidad y algún grado de confianza buscar otro acuerdo con el gobierno para que también lo incumpla”. Sin embargo, aclara que existe la posibilidad de que la CUT se reúna con las otras centrales para tratar de llevar una posición unificada a la comisión nacional de concertación.

En este marco aparece un escollo. La reunión que tuvo la CGT con el senador Álvaro Uribe Vélez. Según expresó su presidente, Julio Roberto Gómez,  la CGT citó a reuniones por bancadas y Uribe se le apareció con una comitiva tan grande que llenó el recinto. Arias subraya que hay un grado de imprudencia política de parte de la CGT al convocar a una reunión interna a una bancada política, y más a una tan polémica como el Centro Democrático. Un acto que da un muy mal mensaje al movimiento sindical, aún más cuando la CGT no se ha reunido con ninguna otra bancada.