{image}http://lh5.googleusercontent.com/-vG_zUDQi4VA/U3OaVTqoJ3I/AAAAAAAAHEQ/NeE7t1oRfUM/s400/uraba.jpg{/image}En el coliseo de Apartadó (Antioquia) se llevó a cabo la Asamblea de Constituyentes por la Paz. Un encuentro histórico, porque hace 17 años no se reunían las comunidades de Urabá para discutir temas centrales como el derecho a la tierra o las violaciones a los derechos humanos.

Fue un escenario abierto para comunidades campesinas altamente victimizadas, dándoles la oportunidad de expresar sus opiniones para la construcción de un nuevo modelo de país. Pero también para la protección de los derechos humanos de los habitantes de Urabá, quienes se decidieron a denunciar la ignominia y la imposición de la que son víctimas.

Se buscaba aprovechar el momento oportuno donde se desarrollan diálogos de paz a nivel nacional, en la medida de escuchar las perspectivas de los jóvenes para posibilitar un nuevo proceso constituyente. Recordemos que Chocó, especialmente en el Urabá, ha sido un departamento azotado por las AUC, las bandas criminales y la falta de atención.

En contraste, desde diferentes sectores, especialmente de las autoridades administrativas, policivas y municipales, se escucharon voces deslegitimando el encuentro. “Estigmatizar es incitar a que hechos criminales se cometan contra la gente. Tenemos que recordar que las autoridades son responsables de su protección no de la coacción de las libertades”, señaló Diego Martínez, director del Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos.