El pasado 28 de febrero, la Asociación Distrital de Educadores presentó un pliego de peticiones a la administración distrital con el objetivo fundamental de la defensa de la educación pública y de los derechos de los educadores.
Se habían dado ciertos avances en las negociaciones, pero la discusión más complicada ha sido en el punto primero sobre políticas educativas. La ADE no comparte que se prorroguen los contratos de colegios en concesiones y por convenios; contratos terminan en diciembre de este año y fueron pactados hace 15 años.
Todo parecía ir bien hasta que el secretario mostró su interés de extender el contrato de los colegios que han registrado buenos resultados. Alrededor de estos contratos se ha conformado una ‘mafia’, que estuvo a punto de asegurarse su continuidad durante las semanas que Rafael Pardo duró como Alcalde Mayor encargado.
La ADE se planta en que no se extiendan los términos con ninguno de los 25 colegios. Por el contrario, que se den garantías de calidad a los estudiantes y, especialmente, que se nombren maestros en propiedad o provisionales pero no seguir con la medida de los contratos con terceros que viene implementándose.
“Compañeros, los llamamos a todos ustedes a estar en estado de alerta. No a los contratos de concesión y por convenio”, manifestó el presidente de la ADE, William Agudelo, en medio del calor del protesta, asegurando el apoyo general del magisterio de Bogotá en una lucha que amenaza con calentarse.
Hernán Rodríguez, coordinador de una institución educativa, así lo confirmó. “Se dio una buena aclaración para los compañeros, que en algún momento dudan de la lucha que está haciendo la Junta Directiva en la negociación del pliego de peticiones frente a las necesidades del magisterio de nuestra capital”.
El Secretario de Educación, Oscar Sánchez, salió a recibir a los docentes que se manifestaron. Mostró un buen ánimo de diálogo. Entonces, los maestros tuvieron la oportunidad de reafirmarle que no están de acuerdo con algunas de sus políticas, en relación con el preescolar o la jornada 40X40; y que están apoyando a quienes trabajan en los colegios distritales en el reconocimiento de sus derechos laborales como docentes.
