{image}http://lh5.googleusercontent.com/-ZzeSPJOcIV8/UdtCsAf5G3I/AAAAAAAABQw/92khh7uutYc/s720/Luis_Grubert_Ibarra.jpg{/image}La Ley 715 de 2001 necesita una reforma para elevar los recursos que se destinan a la educación pública. El presupuesto actual está cercano a los 27 millones de pesos y es definido por el número de alumnos matriculados ; es decir, que si no se matrícula el número suficiente no hay plata.

Luis Grubert Ibarra, Presidente de Fecode, analizó esta circunstancia denominada per capitación. Lo anterior se hace evidente con la educación privatizada. El Estado invierte 1’300.000 pesos por un alumno en el sector oficial; en contraste, por uno en un colegio en concesión destina 1’800.000. Esos 500.000 pesos crean una diferencia fiscal que permite que los segundos puedan dar una mejor oferta educativa que los primeros.

Además, porque los concesionados tienen todas las condiciones de infraestructura, desde borradores hasta uniformes; mientras que el 67% los públicos están en la precariedad, sin siquiera para tizas. Significa que es necesaria una inversión suficiente.

Otro tema que termina afectado es el recurso humano, específicamente el salario de los maestros. El cuerpo docente requiere capacitación urgente y adecuada. Por ejemplo, el uso de las tecnologías urge una actualización, son muchos los estudiantes que dominan mejor los computadores que sus profesores. El Estado, por el contrario, quiere restringir el tiempo del docente y no le reconoce el esfuerzo que dedica a su capacitación individual. “La calificación de los trabajadores va a generar mayor riqueza en el país. Aumentará el potencial de crecimiento económico; porque una educación precaria conduce a una economía precaria, una educación de calidad conduce a una economía próspera”, afirma Grubert Ibarra.

La propuesta de Fecode es por educación gratuita para romper la inequidad,  la cual incluya uniformes, trasporte y alimentación. El Presidente de la Federación recuerda su caso personal cuando era alumno de la UNAL. “Los estudiantes de provincia que vivíamos en la Universidad Nacional vivíamos bien. La Nacional a los costeños nos mandaba en un tren para la Costa en vacaciones. Había recursos.Pero hoy es tan precario, que la Universidad para superar el déficit tenga que aumentar la matrícula y los servicios, eso hace que quien tenga podrá sostenerse y el que no, no podrá”.

Para retornar a esas épocas se requiere aumentar casi un 50% del presupuesto actual total destinado a educación. Que este no dependa de cuántos estudiantes hay matriculados, sobre todo teniendo en cuenta la poca preocupación del Estado ante la alta deserción escolar, sino más bien determinar un punto exacto del PIB a ese tema. Tal ecuacióngarantizaría la educación superior gratuita, el preescolar de tres grados y educación básica y media sin distinciones.

Ante la duda de cómo conseguir esos recursos, Grubert anota que en la guerra Colombia inyecta unos 30 billones de base, más dinero de inteligencia y otros rubros, subiría a los 34 billones de pesos; para salvar a los bancos inventaron el 4 por mil como una medida de emergencia. Para mejor educación hay que invertir en el sistema y elevar las remuneraciones a quienes lo hacen posible, los docentes. Grubert remata: “Necesitamos egresados de las escuelas públicas que quieran a este país y generen una administración próspera para el pueblo colombiano”.